Congreso Cultural Cabimas 2008

Francisco Olivares. EL UNIVERSAL 25/4/9

Desde las salas situacionales se detecta a un nuevo enemigo: la dirigencia sindical

Cómo explicar que "el gobierno de las clases populares" pueda ser capaz de atacar con bombas y perdigones a familias trabajadoras que reclaman derechos laborales. Así ocurrió el pasado lunes cuando un grupo de 70 ex trabajadores del sector petrolero provenientes de Anaco, en representación de otros 3.200 que fueron despedidos desde hace dos años al culminar obras de una contratista, se trasladaron a Caracas para sostener una reunión con la ministra María Cristina Iglesias a los efectos de lograr algún acuerdo sobre sus prestaciones. A pesar de que estaban acompañados por sus familias, niños incluidos, fueron recibidos por 200 efectivos de la Policía Metropolitana con perdigones, bombas lacrimógenas y agredidos hasta con los cascos. Además de los heridos, hay cinco dirigentes sindicales detenidos a los que se les imputó hasta 17 delitos.

La respuesta violenta al reclamo laboral, encarna un profundo drama, quizás difícil de entender, pero que poco a poco está mostrando su rostro en la Venezuela de Hugo Chávez. Es que en el "socialismo" que se implanta en Venezuela no hay cabida para las luchas sindicales.

Desde las salas situacionales el oficialismo detecta a un nuevo enemigo: la dirigencia sindical. Es la nueva barrera para la consolidación del Estado socialista, es decir, el de las empresas socialistas, donde la aspiración a la mejora laboral, al ascenso, al mérito y la búsqueda del bienestar es visto como contrarrevolucionario y rezagos del capitalismo. La nueva ideología implica sacrificio personal y se construye a partir de la escasez, tal como lo señaló el ministro Jorge Giordani.

El desconcierto que puede observar del votante a quien se le desconoce las autoridades elegidas democráticamente, el estudiante de la universidad autónoma a quien le restringen su presupuesto o el productor del campo y el empresario que ven tomados sus centros de producción, es el mismo que ahora recorre a todo el sector laboral.

Un lector, Domingo Alvarez, nos escribe y recomienda leer "Los sindicatos de la URSS" de Iván Smirnov, quien da un panorama del papel de estas organizaciones en el sistema soviético. Allí señala que su papel es avalar la construcción de la nueva sociedad. Se hace una pregunta: ¿por qué los obreros de la URSS no recurren a la huelga? ¿Por qué no la necesitan?... hacer huelga contra quién, respone el autor, si ahora nos pertenecen todos los medios de producción.

Estos son los principios que estamos heredando de los asesores cubanos y que van chocando contra la sociedad democrática. Para estos "principios socialistas" no es necesaria una Constitución, la legalidad o la institucionalidad que ha conocido Venezuela en los últimos 50 años.

folivares@eluniversal.com